Ibrahim Bougali, presidente de la Unión Parlamentaria Árabe y presidente de la Asamblea Nacional Popular de Argelia, condenó la decisión de la ocupación israelí de poner fin al trabajo de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), describiéndola como una escalada grave destinada a liquidar los derechos históricos del pueblo palestino, especialmente el derecho de los refugiados a regresar, en violación flagrante del derecho internacional y de la legitimidad internacional.
Bougali pidió, en un mensaje oficial, una postura parlamentaria unificada que condene claramente estos crímenes y que impulse la imposición de sanciones a la ocupación para obligarla a detener sus políticas de asentamiento y discriminación. Instó a apoyar los derechos inalienables del pueblo palestino de acuerdo con las decisiones de legitimidad internacional, particularmente la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU de 1967.
Señaló que esta decisión se produce en medio de la continua agresión israelí en la Franja de Gaza, el aumento de los ataques a la Mezquita de Al-Aqsa y las restricciones cada vez mayores en Cisjordania, lo que refleja una política sistemática para borrar la identidad palestina y cambiar la realidad demográfica de la ciudad santa.
Indicó que esta decisión contradice los compromisos de la ocupación bajo las Convenciones de Ginebra y las resoluciones internacionales, especialmente la Resolución 302 de la Asamblea General de la ONU de 1949, que estableció el trabajo de la UNRWA y definió su papel en la asistencia a los refugiados palestinos hasta que se alcance una solución justa a su situación.
El presidente de la Unión Parlamentaria Árabe también condenó la explotación de la ocupación de los acuerdos de alto el fuego para expandir los asentamientos y fortalecer su control sobre la tierra, en lugar de trabajar para lograr una verdadera tregua. Enfatizó que el intento de poner fin al trabajo de la UNRWA en medio de las duras condiciones humanitarias que enfrentan los refugiados palestinos revela las verdaderas intenciones de la ocupación de liquidar la causa palestina e imponer un hecho consumado.
Advirtió que la continuación de estas prácticas amenaza con reavivar las tensiones en la región, subrayando que la ocupación no busca una paz justa, sino que explota los acuerdos internacionales para afianzar su ocupación y expandir su influencia.
Hizo un llamado a los parlamentarios de todos los países para que asuman sus responsabilidades históricas y adopten una postura firme contra estos crímenes, afirmando que la historia juzgará a quienes se alineen con la justicia y a quienes elijan el silencio ante estas violaciones contra la humanidad.
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